De repente está en una sala de juego con pantallas donde se retransmiten las partidas. Ahí están los mejores jugadores de ajedrez jugando su partida. Ahí están los periodistas comentando. De un minuto a otro espera ver a sus amigos del ajedrez por entre los espectadores. Cuando, en el momento menos pensado, se encuentra solo delante de la pantalla de su ordenador: acaba de perder la conexión. Ahora recuerda que les dijo ayer que no podía ir : que su mujer ... que la pobre ... bueno como ellos muy bien pueden entenderlo ... Sí, que lo entienden, pero quién sentiría lo que él siente ahora: ni siquiera él que está bajo vida artificial cuando lo desconectan.
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