mercredi 13 septembre 2017

La muerte del Cisne Blanco

Una mujer más loca que romántica
les daba de comer como a gallinas
que tampoco sabía nada de Leda
a los que tú llamaste Rubén Darío
príncipes divinos, luces de mito
y no eran más aquí lamento
decirte que aves palmípedas
tus queridos cisnes blancos
que acudían a la hora de la comida
no de ambrosía sino de pan mojado
y que a nadie interroga
ya su encorvado cuello
parece que ha caído una maldición
sobre tus queridos cisnes blancos
que no se les acerquen más poetas
y si se los mira es con otra mirada
por más de época más pragmática
y como Nietzsche nos tiene anunciado a todos la muerte de Dios
me toca a mí Rubén Darío decirte que ha muerto el Cisne blanco

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