Era muy duro. Recibía golpes sobre golpes, se arrinconaba, ya bajaba los brazos, casi no se mantenía de pies, no esperaba más sino que alguien viniera a tirar la toalla. ¿Pero cómo iba a venir alguien a tirar la toalla? si no había árbitro, si no había público, si no estaba en un ring, si no era más que un pobre diablo en el mundo.
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